¿Quién no se acuerda de los cuentos que nuestros padres nos contaban en la cama para que nos durmiéramos antes de darnos las buenas noches o de aquellos relatos que nuestros abuelos nos contaban y que nosotros escuchábamos atónitos? Eran tiempos donde esas historias nos transportaban a lugares mágicos y maravillosos donde, a veces, éramos los protagonistas, siendo princesas, dragones o grandes luchadores. Sin embargo, estos hechos, que se hacían en los ratos libres, se están perdiendo a la medida que los niños crecen ya que varios aparatos tecnológicos (televisión sobre todo, Nintendo DS, PSP, etc.) ocupan su tiempo, tanto en niños como en mayores.
Es verdad que las nuevas tecnologías despiertan la imaginación y la creatividad de las personas llegando a trasladarlas, al igual que los libros, a mundos mágicos e insólitos. Por lo contrario, favorecen la incomunicación mientras se practica, ya que se pierden momentos de relación humana. Según un estudio de NPD Group un 82% de los niños de 2 a 17 años, son aficionados a los videojuegos. El rango de los doce a los catorce años es el que más tiempo pasa a la semana jugando con videojuegos, con una media de 10,6 horas. Este hecho seguramente se deba a que los juegos que las grandes industrias sacan basándose en películas o personajes reales o animados, siempre que sean muy admirados por los jóvenes, provoca que el tiempo libre, en el cual no estudian, se lo pasen jugando a las ‘maquinitas’. Esto tiene como consecuencia que el porcentaje de niños que leen entre 6º de primaria y 4ºESO disminuya en un 10%, es decir, pase de alrededor de un 60% a finales de la etapa escolar de Primaria a menos de un 50% cuando los mismos jóvenes acaban Secundaria.
Finalmente, podemos decir que los niños y jóvenes de hoy en día prefieren jugar con las nuevas tecnologías antes que coger un libro o escuchar una historia para poder sumergirse en ella y soñar con nuevos mundos.
Elena Alcover Herreras - 1ºBACHILLER
¿Han pasado de moda los libros?
Actualmente, los niños de hoy en día, sobre todo los adolescentes, tienden a pasar sus ratos libres jugando con videojuegos, conectados a Internet, viendo la televisión, etc., pero, ¿qué ha pasado con los libros? Esos libros que nuestras madres acostumbraban a leernos de pequeños antes de acostarnos. Personalmente, yo disfrutaba muchísimo esos ratos acostada en mi cama y escuchando a mi madre imitando las voces de los personajes.
Leer un libro es más entretenido que plantarse a mirar el televisor o como muchos lo llaman: “la caja tonta” durante largas horas sin hacer nada más que clavar la vista en los programas que nos comen la cabeza con absurdos chismorreos que no benefician a nadie. Es más, están planificados para “entretenernos” con romances prohibidos y engaños amorosos. Sin embargo, al leer un libro podemos dejar volar nuestra imaginación, pensar cómo lucen los personajes, sus movimientos, el paisaje e incluso creer que nosotros mismos protagonizamos esas aventuras. Sí, sin duda es más provechoso, incluso para mejorar nuestro vocabulario, nuestras faltas de ortografía y nuestro modo de expresarnos.
También hay que tener en cuenta que muchas personas disfrutan de una buena lectura, ya sea una novela de amor, de fantasía o de misterio y es que lo bueno de las obras literarias narrativas es la gran variedad que se nos presenta a la hora de escoger un libro. La mayor desventaja es su elevado precio. Esto se ve notablemente en las sagas o trilogías ya que los tres libros pueden costarnos alrededor de cuarenta y ocho euros.
¿Puede ser ésta una de las principales causas por las que hemos dejado atrás la era de los libros, o es simplemente la vagancia de ver que tenemos trescientas páginas para leer?
Natalia Moreno – 1º BACHILLER
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