¡QUEREMOS SABER DE VOSOTR@S!
¿Qué estudiaste al salir del Parque? ¿Cuál es tu profesión/afición?
Cuéntanos tu día a día en el trabajo,
porque queremos que nuestr@s alumn@s de hoy, VEAN y ENTIENDAN que los pasos que
están dando les llevan por un camino, fascinante, con un final, no menos
apasionante, EL DE DESARROLLAR UNA PROFESIÓN/AFICIÓN.
Envíanos un mail a ampasalma@gmail.com y
cuéntanos cuál es tu promoción, qué hiciste al salir del cole, dónde trabajas
hoy o dónde y cómo desarrollas tu afición, cómo es tu día a día… y sobre todo
aquello que te apasiona de tu profesión/afición. Puedes contárnoslo por escrito,
en vídeo…
Adjúntanos también una foto que refleje
la actividad que nos cuentas.
¡NOS ENCANTARÁ SABER DE TI!
Y nos ayudarás a hacer
ver a nuestr@ alumn@s “para qué sirve esto”.
(¡Tú ya me entiendes!)
IRENE VIVAS
Una
de las decisiones más importantes de mi vida la tomé con 17 años, al regreso de
mis vacaciones de verano de 2010. Mis padres son arquitectos, mi hermana
estudiaba medicina y aparentemente, mi mundo era el de las Ciencias; pero, nada
más bajar del autobús comuniqué a mis padres que me tenía que cambiar al
itinerario de Letras – con todo el
esfuerzo que ello suponía- o me arrepentiría toda la vida. Siempre agradeceré su
comprensión y la disposición de la Dirección del cole.
Las
perspectivas de futuro a día de hoy son inciertas pero tengo la conciencia muy
tranquila de haber tomado las decisiones que me dictaban la cabeza y el corazón,
y de haber puesto empeño en llevarlas a cabo.
Me
he tomado este año para hacer prácticas por el mundo después de graduarme en
Derecho, con el objetivo de conseguir una buena beca para hacer un máster
en Reino Unido o Estados Unidos que me permita trabajar en lo que me gusta. Para
ello, he estado trabajando en una ONG en Bruselas, comenzaré 2016 en Ginebra (siendo
becaria en Naciones Unidas). Luego iré a Bogotá a hacer unas prácticas en una
Organización Internacional, y para mayo del 2016 me gustaría tener una
experiencia en el mundo de la política.
¿Qué os puedo decir yo?
En
primer lugar, recordad, la formación
superior o profesional no es el fin es el principio de un largo camino. Yo
estudié Derecho, sin saber si me dedicaría a esta profesión. ¿Por qué? Era un
buen inicio y una herramienta muy útil. Eso sí, desde el principio me dediqué a
aprender idiomas, participar en conferencias, hice mi Erasmus en París…en fin,
nutrí con experiencias lo que podría haber sido “solo” una carrera.
Yo
me di cuenta que siempre había sido una niña inquieta a la que le importaba lo
que pasaba en el mundo. Eso me ha llevado a querer trabajar en temas como los
derechos de las mujeres o la lucha por el cambio climático.
No
tengo ni idea de donde acabaré pero sé que estoy haciendo lo que quiero y
viviendo cosas maravillosas. Si algo nos ha enseñado la crisis es que ni una
carrera ni un máster te van a solucionar la vida. Por tanto, ¿no es mejor
guiarse por lo que uno de verdad quiere? He conocido a personas que tras años
trabajando en un banco, querrían haber estudiado medicina o que, en vez de ser jefe de recursos humanos, se
sienten más realizados siendo profesores.
Toma
el tiempo necesario; si no sabes lo que quieres, búscate; viaja, escucha, habla
con la gente que te conoce y con la que no, y si aún no encuentras la
respuesta, actúa, siempre podrás reconducir tu decisión ( y quedarte en casa no
va a ayudar).
Sé
proactivo y algo ambicioso. ¡Suéñate! Conseguir lo que parece más
complicado solo lleva, a veces, enviar
un correo o hablar con alguien que sabe del tema. Todas las prácticas que he
conseguido ha sido usando Gmail, presentándome a gente y procesando
información. Alguna vez ha sido tedioso, pero ahora estoy recibiendo el
feedback de todo el esfuerzo y las horas dedicadas.
Yo
sueño alto pero disfrutando del proceso, sabiendo que puede haber más fracasos
que éxitos.
Y
por último y no menos importante, escucha a tus amigos, a tus profesores, a tus
padres, a tu pareja…y cuídalos, porque al final, lo mejor es llegar a casa y
compartir las victorias (y las derrotas).
Si
quieres información o te pica el gusanillo con lo de las Organizaciones
Internacionales, ¡escríbeme un correoJ!
Saludos!!!
Irene, diciembre 2015
ALEJANDRA MUÑOZ
¡Hola lectores/as!
Soy Alejandra Muñoz, de la promoción 2008, y después de leer en sciencepleaseblog a mi compañera de clase Alejandra Alizadeh (¡felicidades por todos tus logros!), me he animado a contaros mi experiencia más allá del Colegio.
Siempre se me dieron bien las ciencias, especialmente las matemáticas, pero aun cuando todo el mundo me decía “¡Las letras son para los tontos!” yo les encontraba un atractivo especial. Terminé el bachillerato de Ciencias Sociales en 2008 y tenía más que claro que mi pasión era el Derecho, cuando fui a la UV a matricularme me dijeron que había un programa mediante el cual podías estudiar simultáneamente la carrera de Derecho con la de Ciencias Políticas para así terminar las dos más o menos a la vez.
No os negaré que mi primer pensamiento al oír Ciencias Políticas fue: “¿Esto qué es? ¿Política yo?” (Luego aprendí que a los que estudian C.Políticas se nos llama politólogos y, gracias a Dios, poco tenemos que ver con los políticos). Pero como salí con muchas ganas de estudiar, me aventuré con las dos carreras.
Obviamente, no ha sido un camino fácil, siempre con un par de asignaturas más que mis compañeros y al final terminando los estudios un poquito más tarde que el resto, pero creo que aunque sigo siendo una incondicional del Derecho, las Ciencias Políticas me han ayudado a ver la realidad más allá de un código legal: ahora no sólo conozco y entiendo las leyes, también sé por qué y para qué se hacen y qué repercusiones tiene su aplicación en la sociedad.
Dentro de la universidad a mí me han venido súper bien las prácticas voluntarias en empresas. El Derecho es un mundo muy grande y lleno de especialidades y sólo tocando cada uno de sus ámbitos ha sido cuando he decidido por cuál de ellos decantarme. He hecho prácticas en Departamentos Jurídicos de empresas como CONSUM, prácticas en organismos públicos como el Registro Mercantil…. Pero después de haber probado varias experiencias y profundizado en manuales, artículos y códigos, he decidido especializarme en Violencia de Género. Aunque es una experiencia dura, empecé a interesarme por el tema después de hacer mis primeras prácticas en la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito, justo sales de las clases para empezar a rodar en el mundo laboral y no sabía que lo que me iba a encontrar cambiaría mi vida de una forma tan drástica.
Fue un sitio en el que vi la cara humana del Derecho, la satisfacción de ayudar de verdad a alguien que lo necesita con mis conocimientos y de cambiar la fachada de insensibles que tenemos los abogados. Ha sido sin duda la experiencia más gratificante que he tenido en mis 6 años estudiando. De hecho, ha sido tanto el gusto que le he cogido que este octubre empiezo el Máster de Violencia de Género y hasta entonces quiero seguir expandiendo mis horizontes y, por eso, estoy estudiando un Máster de mediación familiar y escolar.
Por último, cuando terminas una carrera te queda una especie de vacío existencial y empiezas a preguntarte: ‘¿Y ahora qué?’ Bueno, pues yo puedo aseguraros que ahora empieza la verdadera experiencia de vida. Sin duda, el Derecho es un área en la que tienes que estar continuamente poniéndote al día, nunca terminas de estudiar… Pero es que al final, ¡le coges tanto cariño que tampoco quieres!
Así que mi consejo es que elijáis algo que os guste y que os guste de verdad; que le dediquéis tiempo, constancia y cariño. Y veréis como no hay nada más reconfortante que hacer de tu pasión tu modo de vida y compartirla con el resto.
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CARLOS MOYA
Suena el despertador a las seis de la madrugada, cualquier persona lo apagaría y descansaría “cinco minutos más”. Pero tú no puedes. Así es el audiovisual. Estas al cargo de un grupo de más de veinte personas: tienes actores (incapaces de llegar a la hora por naturaleza), técnicos de sonido e imagen (que necesitan más incentivos de los que parecería para salir de la cama) y un productor que va a llamarte en menos de diez minutos para comprobar si estás despierto y todo está en marcha. Así es. Olvídate de horarios prefijados, de una oficina o de ver las mismas caras día tras días. Esto no es así. Puede que sea así en la televisión, pero esto es cine y vas a vivir los días de mayor estrés de toda tu vida. ¿Recompensa? No.
No, al menos, en el sentido estricto de la palabra. Olvídate de sueldos millonarios y de mansiones en la sierra, esto no es Hollywood. Nadie va a pagarte por tu trabajo y, en muchos casos, vas a ser tú el que pague a la gente para que trabaje para ti. Pero da igual. Cuando veas a los actores gritar tu guion a pleno pulmón y veas a los cámaras emocionarse por las escenas que has escrito, todo habrá valido la pena. Si eliges hacer cine, estás eligiendo dejar un trozo de ti plasmado en una pantalla para que cualquiera pueda verlo. Y esa es la mejor recompensa.
No, al menos, en el sentido estricto de la palabra. Olvídate de sueldos millonarios y de mansiones en la sierra, esto no es Hollywood. Nadie va a pagarte por tu trabajo y, en muchos casos, vas a ser tú el que pague a la gente para que trabaje para ti. Pero da igual. Cuando veas a los actores gritar tu guion a pleno pulmón y veas a los cámaras emocionarse por las escenas que has escrito, todo habrá valido la pena. Si eliges hacer cine, estás eligiendo dejar un trozo de ti plasmado en una pantalla para que cualquiera pueda verlo. Y esa es la mejor recompensa.
Deja atrás el ego, pues te lo machacarán cientos de veces, y abraza la humildad. Debes conocer tus medios, tus capacidades y a la gente que te rodea. A veces menos es más. Olvídate de naves espaciales y de grandes superproducciones, todo eso llegará con el tiempo, pero para empezar vas a tener que buscar historias pequeñas, íntimas, que puedas contar en apenas unos minutos. Haz cortos, conoce el entorno, empieza a moverte y, para todo ello, no hace falta que esperes a tener una carrera. Puedes empezar ahora mismo. Hoy en día cualquiera puede contar una historia. ¿Cuántos de vosotros tenéis un Iphone? Porque, hacedme caso, para empezar no necesitáis nada más. Coged el móvil, leed un par de reglas sobre planos en internet, coged a un par de amigos y grabad. Lo que hagáis, sin ánimo de ofender, será basura, pero aprenderéis y la segunda vez que lo hagáis saldrá mejor y la tercera aún mejor.
Con el tiempo llegaréis a ese momento convulso y absurdo en el que el mundo te dice.
—Ya estás aquí y ahora dime ¿Qué quieres ser de mayor?
Y vosotros, los que os interese vivir esta vida, decidiréis entrar en la carrera de audiovisuales buscando hacer aquello que os ha apasionado desde jóvenes. Pasaréis cuatro años maravillosos rodeados de nuevas amistades, bebiendo cervezas en el bar y jugando a las cartas. Luego saldréis de allí con una titulación que no significa nada y con la cabeza llena de ideas.
Y por desgracia no habrá un trabajo o una empresa esperándoos con las puertas abiertas. Ojalá fuera así, de verdad, pero no lo es. A partir de ese momento es cuando uno demuestra lo que vale. Pues para que una productora o un cazador de talentos se fije en ti sólo hay un camino. El camino del esfuerzo, del trabajo duro y de los madrugones a las seis de la mañana.
Haréis cortometrajes, webseries o largometrajes de bajo presupuesto, y los mandaréis a concursos tanto dentro de España como en el extranjero y, de pronto, empezaréis a ganar pequeños concursos comarcales, luego algunos nacionales y, al final, internacionales. Y alguien, normalmente vestido de traje y con sombrero de cowboy, se fijará en vosotros y ya habréis conseguido meter un pie en el mundo del cine. A partir de ahí no hay más camino que el de moverse entre las grandes productoras, presentar tus guiones y tus proyectos y devolver todos esos favores que te hizo la gente trabajando gratis cuando empezabas a rodar tus primeros cortos. Rodéate de personas buenas y profesionales en las que puedas confiar y sigue adelante con la fuerza de una tempestad. Nadie va a regalarte nada en el mundo del audiovisual, todo vas a tener que conseguirlo por tus propias manos. Pero no hay sensación más placentera que la de dar con un canto en los dientes a todos aquellos que pensaron que “No podrías” o que lo que amabas no era más que “Un sueño infantil”.
Vivir del arte es así. Una lucha constante contra todos y contra ti mismo, pero no dejéis que nadie decida vuestro camino pues vuestros pasos son sólo vuestros y, en lo que hagáis ahora, estará la felicidad que obtengáis en el futuro. Cualquiera, repito, CUALQUIERA, puede ser Christopher Nolan, Stephen King o Tarantino. Sólo hace falta trabajo duro y devoción por lo que hacéis.
En resumen, el cine no es un camino fácil. Pero nada que valga la pena en esta vida lo es. Y recordad, lo que separa a una persona con talento de un genio es un montón de trabajo duro.
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CAROLINA QUÍLEZ
Fue
en las aulas y patio de este colegio donde descubrí que quería ser periodista:
quería serlo para poder hacer de intermediaria entre la información y el
público; para hacer algo tan apasionante como contar las cosas que pasan. No sé
en qué momento ni qué edad tenía, pero sé que fue pronto y que fue cuando
estudiaba aquí, en Santa Ana.
No
hay nada como prepararte para aquello que te apasiona; poder dedicarte a
aquello que te gusta es un lujo, no sé si al alcance de todos, pero desde luego
es lo que me motivó a estudiar Periodismo: ni el afán por ser famosa (de hecho,
el inconveniente más grande que encuentro a esta profesión) ni la “salida
laboral” de la carrera. Estudié aquello que me gustaba, lo que quería que se
convirtiera en mi oficio.
Y
para ello me preparé: cinco años en la Universidad CEU San Pablo de Moncada, el
único centro entonces que impartía la carrera entonces (hablamos de 1991), y
desde segundo curso haciendo prácticas en una emisora local. Allí descubrí LA
RADIO, ese medio de comunicación mágico. Como oyente que era, desde siempre
había sentido una atracción especial por la radio (recuerdo cómo todas las
mañanas me despertaba y desayunaba con las voces de los locutores que salían
del transistor de mi madre). Tuve la suerte de encontrarme con ella pronto.
Durante
el último curso de Periodismo, Ximo Rovira se puso en contacto con la Facultad:
empezaba un magacín musical vespertino en Ràdio 9, y buscaba una estudiante con
experiencia en el medio y que supiera valenciano e inglés. Me presenté al
casting y me escogió; siempre le agradeceré que me diera la oportunidad, y que
me enseñara y aconsejara en muchas de las cosas que después me han servido de
guía. Así empezó una etapa apasionante, donde compaginaba estudios y trabajo:
allí aprendí realmente a hacer radio, en contacto con profesionales que me
enseñaron el oficio, algunos de los cuales son hoy grandes amigos. Después del
“Top magazine” (así se llamaba el programa) vendrían otros espacios musicales,
hasta que en 1998 di el salto a mi género preferido: el magacín. Primero en el
fin de semana, copresentando “Un fum de coses”, después de nuevo con un ya
famoso Ximo Rovira en el magacín de la mañana - haciendo unidades móviles,
produciendo y redactando entrevistas,y al micro con algunas secciones y
presentando el programa cuando él no estaba- . Así hasta que, en 2002, pasé a
formar parte del equipo de Paco Nadal, en su magacín de mediodía, “València
Directe”. Empezaban 8 maravillosos años de trabajo, aprendizaje y felicidad. Antes
de trabajar con él, yo observaba que todo el mundo se dirigía a Paco llamándole
“el mestre”. Pronto entendí por qué: el primer día me hizo entrar al estudio y
me dijo que olvidara el guión, los papeles, y que improvisara. Fue Paco quien
me ayudó a descubrir que debía confiar en mí misma, en mi capacidad, quien me
hizo ver que todos nos equivocamos, y que lo importante NO es el error, sino superarlo,
cómo se sale del atolladero. Naturalidad, humor, humildad…son algunas de las cosas
que definen el hacer del Mestre y que he intentado estén siempre presentes en
mi trabajo. Entrevistas, coordinación de temas, copresentación, programas
especiales exteriores…de nuevo tuve la suerte de “tocar todos los palos” del
periodismo radiofónico.
Y
en 2010 me toca volar sola: empecé a dirigir y presentar el magacín vespertino.
¿Qué nombre le podía poner al porgrama?. No podía ser otro: “Coses que passen”.
Por “el Coses” pasaron tertulianos con los que analizamos la actualidad, un
sinfín de entrevistados - muchos de ellos famosos-, hablamos de música, de
niños, de cine, de las nuevas tecnologías, de libros…Fueron casi cuatro años,
todas las tardes, de lunes a viernes, de 16 a 19 horas.
El
programa acabó cuando se cerró la radio y la tele.
Hoy,
de nuevo, la radio se ha cruzado en mi
camino: todos los jueves colaboro en una nueva emisora, la 99.9 Valencia Radio,
con entrevistas, por ahora a personajes como Santi Cañizares, Antonio Molero,
Kira Miró, Alfred Picó…De nuevo siento el cosquilleo y la emoción cuando se
enciende la luz roja del estudio que dice “estamos en el aire”.
¡Es la magia de
la radio!
No había visto este apartado del blog jajaj esta semana os mando mi pequeña trayectoria que además hay alguna cosita que sé que os gustará :) ¡Un beso fuerte!
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias! Esperamos recibir tu historia pronto. ¡Un beso!
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