¿EXISTE LA LIBERTAD?
La
libertad no existe ya que siempre estamos atados a una serie de normas. Éstas,
pueden ser: físicas, sociales, biológicas, religiosas, constitucionales o
educativas…
Hay
muchos puntos de vista respecto a la libertad.
Desde
el punto de vista físico, el ser humano tiende a seguir las leyes de la
naturaleza. El hombre está obligado a comer, a beber, a dormir… No puede evitar
cumplir las necesidades físicas.
Desde
el punto biológico, nosotros no elegimos cómo somos. No podemos escoger nuestro
físico ni nuestro carácter, viene dado por los genes y eso no se puede cambiar.
Respecto
a las reglas sociales, estamos guiados a seguir unas normas de conducta moral.
Saber lo que está bien y lo que está mal. Nos regimos por las leyes impuestas
en la sociedad que nos encontramos.
En
cuanto a los temas religiosos, los seres humanos tienden a responder las
órdenes o mandatos de una fuerza superior de carácter divino.
Cuando
hablamos de normativas constitucionales embarcamos una serie de deberes y derechos
que tenemos los ciudadanos. Éstos están impuestos por el gobierno, para
conseguir una sociedad justa y democrática.
En
referencia al aspecto educativo, desde pequeños nuestros padres nos inculcan
una serie de valores. Así como los profesores nos ponen una serie de pautas de
convivencia en el aula.
En
conclusión, la libertad no existe. No obstante, hay gente que piensa que sí, ya
que sí que tenemos la elección de escoger qué camino seguir en nuestra vida.
Acatar las normas, o no.
María Gordillo, Lucía Bonilla y
Cecilia Pantoja.
1º Bachiller - A
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El ser humano
es libre
El ser humano es libre porque es autónomo, es el único responsable de sus actos y por su naturaleza tiende a ser libre; para ser libre tienes que procurar los medios necesarios.
A lo largo de los años el ser humano ha ido consiguiendo cada vez más derechos que han podido facilitar su libertad.
Refiriéndonos al texto "Alcanzar la mayoría de edad" escrito por Kant, nos explica que la mayoría de edad se alcanza cuando puedes tomar tus propias decisiones; por tanto eres el único responsable de tus actos.
Defendemos esta postura: El ser humano es libre porque no somos esclavos de nadie. Actualmente la sociedad se rige por una democracia en la cual el ser humano es libre de elegir a las personas que le representen en unas votaciones justas.
La minoría de edad es cómoda porque no te hace reflexionar sobre las decisiones propias.
Frente a esta idea, la mayoría de edad representa para el hombre la posibilidad de pensar y decidir por sí mismo, aunque eso implica, a veces, equivocarse.
¡Sapere aude! ¡Atrévete a saber!
Alonso Culebras, Javier Djedid y Jesús Folgado
4º ESO - B
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LIBERTAD
CONDICIONADA
Mucha gente dice que el ser humano es libre. Sin embargo,
nosotros pensamos lo contrario. ¿Por qué? ¿Por qué no estamos de acuerdo con
esas personas?
El ser humano no es libre porque siempre va a depender de
alguien o de algo, ya sea sus padres, su jefe, las leyes… etc.
Además, siempre vamos a estar en un debate interno en el que
entren en conflictos nuestros sentimiento y nuestra razón.
Hay muchos motivos por los que el ser humanos no es libre.
Aparte de los que ya hemos mencionado anteriormente, una razón que a nuestro
parecer nos es obvia, es que las personas tenemos miedo de ser diferentes, de
tener gustos distintos a los del resto de la gente, distintas opiniones, formas
de actuar diferentes, etc. que nos lleven a ser excluidos por la sociedad y nos
sitúen en la lista de "personas raras o diferentes".
Para no ser apartados, cambiamos nuestra personalidad y es en
ese momento cuando dejamos de ser libres, cuando abandonamos todo lo que somos,
para convertirnos en algo que en realidad no nos gusta y empezamos a ser
esclavos de la comunidad.
Nuestra concepción de la libertad como cosa, como un bien o
mercancía es parte de nuestra falta de ella. La libertad es una relación
contigo mismo y con el mundo. Y las únicas personas que podemos cambiar esa
relación somos nosotros mismos.
Obviamente no podemos autoliberarnos por completo mientras los que tenemos
alrededor no lo hacen. Pero sí podemos empezar a cambiar nuestra relación con
nosotros mismos y con los demás, un poco todos los días.
Lucía Payá y Hugo Esteller
4º ESO - A