¡Hola lectores/as!
Soy Alejandra Muñoz, de la promoción 2008, y
después de leer en sciencepleaseblog a mi compañera de clase Alejandra Alizadeh (¡felicidades por
todos tus logros!), me he animado a contaros mi
experiencia más allá del Colegio.
Siempre se me dieron bien las ciencias,
especialmente las matemáticas, pero aun cuando todo el mundo me decía “¡Las
letras son para los tontos!” yo les encontraba un atractivo especial. Terminé
el bachillerato de Ciencias Sociales en 2008 y tenía más que claro que mi
pasión era el Derecho, cuando fui a la UV a matricularme me dijeron que había
un programa mediante el cual podías estudiar simultáneamente la carrera de
Derecho con la de Ciencias Políticas para así terminar las dos más o menos a la
vez.
No os negaré que mi primer pensamiento al oír
Ciencias Políticas fue: “¿Esto qué es? ¿Política yo?” (Luego aprendí que a los
que estudian C.Políticas se nos llama politólogos y, gracias a Dios, poco
tenemos que ver con los políticos). Pero como salí con muchas ganas de
estudiar, me aventuré con las dos carreras.
Obviamente, no ha sido un camino fácil,
siempre con un par de asignaturas más que mis compañeros y al final terminando
los estudios un poquito más tarde que el resto, pero creo que aunque sigo
siendo una incondicional del Derecho, las Ciencias Políticas me han ayudado a
ver la realidad más allá de un código legal: ahora no sólo conozco y entiendo
las leyes, también sé por qué y para qué se hacen y qué repercusiones tiene su
aplicación en la sociedad.
Dentro de la universidad a mí me han venido súper
bien las prácticas voluntarias en empresas. El Derecho es un mundo muy grande y
lleno de especialidades y sólo tocando cada uno de sus ámbitos ha sido cuando
he decidido por cuál de ellos decantarme. He hecho prácticas en Departamentos
Jurídicos de empresas como CONSUM, prácticas en organismos públicos como el
Registro Mercantil…. Pero después de haber probado varias experiencias y
profundizado en manuales, artículos y códigos, he decidido especializarme en
Violencia de Género. Aunque es una experiencia dura, empecé a interesarme por
el tema después de hacer mis primeras prácticas en la Oficina de Atención a las
Víctimas del Delito, justo sales de las clases para empezar a rodar en el mundo
laboral y no sabía que lo que me iba a encontrar cambiaría mi vida de una forma
tan drástica.
Fue un sitio en el que vi la cara humana del
Derecho, la satisfacción de ayudar de verdad a alguien que lo necesita con mis
conocimientos y de cambiar la fachada de insensibles que tenemos los abogados. Ha
sido sin duda la experiencia más gratificante que he tenido en mis 6 años
estudiando. De hecho, ha sido tanto el gusto que le he cogido que este octubre
empiezo el Máster de Violencia de Género y hasta entonces quiero seguir
expandiendo mis horizontes y, por eso, estoy estudiando un Máster de mediación
familiar y escolar.
Por último, cuando terminas una carrera te
queda una especie de vacío existencial y empiezas a preguntarte: ‘¿Y ahora qué?’
Bueno, pues yo puedo aseguraros que ahora empieza la verdadera experiencia de
vida. Sin duda, el Derecho es un área en la que tienes que estar continuamente
poniéndote al día, nunca terminas de estudiar… Pero es que al final, ¡le coges
tanto cariño que tampoco quieres!
Así que mi consejo es que elijáis algo que os
guste y que os guste de verdad; que le dediquéis tiempo, constancia y cariño. Y
veréis como no hay nada más reconfortante que hacer de tu pasión tu modo de vida
y compartirla con el resto.